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Junio es el mes de la Fertilidad. Prevenir es lo más importante.

Existen muchas razones por las que la fertilidad puede verse afectada. Algunas de ellas, evitables, en medicina llamamos a eso prevención primaria. Cuando no podemos evitar el problema pero sí sus complicaciones, hablamos de prevención secundaria.





Para cuidar la fertilidad, y hacer prevención primaria, es muy importante tener hábitos de vida saludables, comer equilibrado, hacer ejercicio, evitar los excesos, así como los tóxicos (drogas, tabaco y alcohol). Tener un peso adecuado (Indice de Masa Corporal) y una adecuada relación entre el tejido graso y la masa muscular ayuda mucho, y por eso es que la dieta saludable y sobre todo el ejercicio reglado son una buena recomendación.

Por supuesto que las personas con patologías, problemas metabólicos, resistencia a la insulina, hipertensión, obesidad, tienen que mejorar estos aspectos; pero quienes en principio están sanos, no deben tampoco descuidarlos.


La edad, y el tiempo, afectan tanto a hombres como a mujeres. Sin dudas, a las mujeres, nos afecta mucho más. Desde los 30 años en promedio, se empieza a notar levemente una reducción de las tasas de embarazo, y luego de los 35 la pendiente se va marcando cada vez más.

La razón principal es la afectación de la reserva de óvulos. Tanto en cantidad como en calidad. Y como éstos, son uno de los sustratos fundamentales para conseguir un embarazo, la afectación de la reserva implica que los resultados empeoran para el embarazo espontáneo y también para las técnicas de reproducción asistida. Es muy importante tener esto claro, porque existe la creencia que la reproducción asistida puede cambiar, o mejorar este aspecto, y lamentablemente no es así.

Por supuesto que tenemos ayudas para mejorar la probabilidad en un ciclo de conseguir el embarazo en comparación al ciclo espontáneo, pero no modifican el problema de base.


A su vez, con la edad, hay más chances también que una persona tenga distintas enfermedades, que en forma más o menos directa, pueden afectar a la fertilidad. Como puede ser el caso de la endometriosis por ejemplo.


La prevención de estas enfermedades, va a permitir también cuidar la fertilidad, ya que una de las complicaciones que generan, es el compromiso del pronóstico reproductivo; es lo que llamamos prevención secundaria. Es el caso de las infecciones genitales, que cuando ascienden a la parte superior del aparato genital, pueden provocar adherencias a nivel de las trompas, obstruirlas, dilatarlas y hacer que no puedan cumplir su función.

La endometriosis, con el tiempo puede provocar también adherencias a nivel pelviano, y paralelamente, afectar a los óvulos. Es por ello, que el diagnóstico y tratamiento precoz de la endometriosis, además de mejorar aspectos como el dolor, pueden prevenir o reducir el compromiso de la fertilidad.

Los miomas o fibromas, en algunas ocasiones, pueden generar problemas, y su tratamiento, teniendo en cuenta los deseos reproductivos de las pacientes, permiten planificar estrategias conservadoras, que permitan en el futuro, el embarazo.

De ahí que el control ginecológico sea muy importante, para despistar precozmente enfermedades, planificar estrategias adecuadas que contemplen la patología y al mismo tiempo el pronóstico reproductivo, y que lleguen a tiempo.


En el caso de los hombres, las infecciones genitales, los traumatismos, y los tumores también pueden afectar de por sí a la fertilidad, y a veces los tratamientos para estas patologías, como efectos secundarios podrían potencialmente tener repercusiones. Por eso, en personas que no han completado sus deseos de tener más hijos, es necesario tener en cuenta este aspecto durante su asistencia.


Es por todo esto que al día de hoy hay varias estrategias que ayudan a cuidar la fertilidad:

  • las que cuidan de la salud general, los hábitos saludables de vida, evitar los tóxicos, comer equilibrado y hacer ejercicio

  • las que previenen infecciones genitales, u otras patologías que afectan al aparato reproductivos

  • los tratamientos de patologías médicas, ginecológicas o urológicas, planificados tratando de ser conservadores con el aparato reproductivo y las gametas

  • las estrategias de conservación de gametas (óvulos o espermatozoides) para aquellos pacientes que producto de sus patologías, o el tratamiento de las mismas (quimioterapia por ejemplo) sea inevitable su compromiso para poder salvar la vida de la persona.

  • la conservación de gametas, para las personas que tienen pensado diferir en el tiempo el embarazo, y temen que cuando llegue el momento, la edad haya generado repercusiones severas y se haya agotado la reserva. Es sobre todo el caso de los ovocitos, y por ello, cada vez más, las mujeres que deciden diferir el embarazo, se plantean la vitrificación de ovocitos.

El mes de junio, es finalmente una excusa, para que nos tomemos el tiempo, para plantearnos estos aspectos, que son importantes en todos los momentos de año. Nos permite tomarnos un ratito para informarnos, conocerlos, y planificar nuestra familia.


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