¿Cuándo DeberÃas Consultar a un Especialista en Fertilidad?
De qué se trata, y cómo se hace
En medicina reproductiva, los tratamientos de reproducción asistida se dividen básicamente en tratamientos a baja y alta complejidad.
En las relaciones programadas se ajusta el momento de las relaciones para no perder el período fértil del ciclo
Lo que diferencia unos de otros es la infraestructura necesaria para ello, así como el lugar donde se produce la fecundación.
En los tratamientos de baja complejidad, alcanza con un laboratorio de andrología, es decir, donde se realiza la preparación de semen cuando esto es necesario, y un consultorio debidamente preparado para realizar las ecografías ginecológicas transvaginales, y el procedimiento de inseminación.
Este tipo de tratamientos se divide a su vez en dos grupos, las relaciones programadas y las inseminaciones artificiales.
En las relaciones programadas, se realiza un seguimiento folicular ecográfico, para identificar el momento de la ovulación, y así determinar el momento para tener relaciones con objetivo de embarazo.
La mayoría de las veces, en este tipo de ciclos se realiza estimulación de la ovulación con el objetivo de tener un ciclo adecuado.
Y luego de la ovulación se administra soporte de fase lútea hasta el día del test de embarazo, que de ser positivo, se mantiene hasta las 12 semanas.
En las inseminaciones, también se suele estimular la ovulación, con el mismo objetivo, y en el momento de la ovulación se prepara el semen, lo que lleva unas dos horas, en el laboratorio de andrología, y se introduce con un catéter en el útero, en una maniobra similar al pap, que es indolora.
Las inseminaciones pueden realizarse con semen del cónyuge o con semen de donante
El semen puede ser del cónyuge o de donante anónimo.
Ambos tipos de tratamiento, pueden o no conseguir el embarazo, y de hecho se plantea que la probabilidad de embarazo de las relaciones programadas es menor de 10% en pacientes de menos de 30 años, y 12 a 15% las inseminaciones en pacientes menores de 35 años
En los tratamientos de baja complejidad, alcanza con un laboratorio de andrología, es decir, donde se realiza la preparación de semen cuando esto es necesario, y un consultorio debidamente preparado para realizar las ecografías ginecológicas transvaginales, y el procedimiento de inseminación.
Este tipo de tratamientos se divide a su vez en dos grupos, las relaciones programadas y las inseminaciones artificiales.
Las inseminaciones pueden realizarse con semen de la pareja o de donante anonimo
Por eso es que la reglamentación de la ley en nuestro país, propone realizar tres intentos de cada uno, antes de pasar a una técnica de mayor complejidad. Ambas técnicas, tienen complicaciones posibles.
Una de ellas, es el embarazo múltiple , que considera una complicación, dado que son embarazos con mayores complicaciones para la paciente y para el producto del embarazo. En algunos casos, aunque se consiga el embarazo, el mismo puede no ser evolutivo, y finalizar en aborto espontáneo, o puede ser un embarazo ectópico.
Muy raramente, dado que las dosis que se utilizan para baja complejidad son bajas, podría producirse un síndrome de hiperestimulación ovárica.
Si antes de la ovulación identificamos el riesgo, siempre podemos cancelar el ciclo para evitar la complicación. Si el embarazo se produce, es más difícil de detener. El mismo se produce por la presencia de varios folículos, sumado a la presencia de hormona de embarazo (gonadotrofina coriónica).
También pueden realizarse ambos tipos de tratamiento de baja complejidad, sin estimulación, lo que reduce la probabilidad de embarazo múltiple, pero también baja mucho las probabilidades de embarazo.
Aquí los tratamientos de baja complejidad
Coito Programado
Los coitos programados o relaciones dirigidas, son la alternativa mas sencilla de tratamientos de baja complejidad.
Siempre es necesario previamente haber realizado una evaluación completa de la pareja, con los estudios que habitualmente se realizan cuando hay dificultades para concebir.
Esta indicados en parejas jovenes, sobre todo mujeres menores de 35 años y cuando hay trastornos de la ovulación.
En algunos casos en que los integrantes de la pareja están en lugares distantes y hay que detectar el momento de la ovulación se puede realizar también.
Se realiza seguimiento folicular ecográfico, casi siempre se administra medicación que induce la ovulación, y se sugiere tener relaciones sexuales en la fecha de la ovulación. No implica que no se pueda tener relaciones antes o después sino que la idea es que no se pierdan los días fértiles sin tener relaciones. El seguimiento folicular ecográfico es importante para asegurarse qué tipo de respuesta tenemos a la inducción de la ovulación, porque en algunas oportunidades puede no haber respuesta, o puede ser exagerada, en cuyo caso, se contraindican las relaciones sexuales o se sugiere que sean protegidas, para evitar el embarazo múltiple.
En la segunda fase, luego de la ovulación, se sugiere generalmente el uso de progesterona para soporte de la fase lutea. En caso de embarazo se continua la progesterona todo el primer trimestre.
Capacitación de Semen
La capacitación de semen es un procedimiento destinado a mejorar la calidad del esperma para aumentar las posibilidades de fertilización. Este tratamiento es especialmente útil para parejas que enfrentan problemas de calidad espermática, como recuentos bajos de esperma, movilidad reducida de los espermatozoides o morfología anormal de los espermatozoides.
El proceso de capacitación de semen comienza con la recolección de una muestra de semen del hombre, que se realiza mediante la masturbación en un recipiente estéril proporcionado por la clínica de fertilidad. Una vez recogida la muestra, se somete a un proceso de procesamiento en el laboratorio.
Durante el procesamiento del semen, se separan y seleccionan los espermatozoides de mayor calidad para su uso en la fertilización. Este proceso puede implicar la eliminación de espermatozoides inmóviles o de baja calidad y la selección de espermatozoides móviles y morfológicamente normales.
Una vez preparados, los espermatozoides capacitados están listos para su uso en inseminación intrauterina (IIU) o la fertilización in vitro (FIV).
Inseminación Artificial
La inseminación artificial, también conocida como inseminación intrauterina (IIU), es una técnica de baja complejidad que implica colocar el esperma directamente en el útero de la mujer durante su ventana de fertilidad. Este procedimiento es menos invasivo que la fertilización in vitro (FIV) y puede ser una opción efectiva para parejas con problemas de fertilidad leves a moderados.
El proceso de inseminación artificial comienza con una evaluación médica completa para determinar la viabilidad del tratamiento y desarrollar un plan de tratamiento personalizado. Si es necesario, la mujer puede someterse a una estimulación ovárica suave (inducción de la ovulación) con medicamentos para aumentar la producción de óvulos y mejorar las posibilidades de éxito del tratamiento.
Una vez que se ha determinado el momento óptimo de la ovulación, se programa el procedimiento de inseminación. Durante la inseminación, se coloca un catéter delgado en el útero de la mujer y se introduce una muestra de esperma preparada directamente en el útero. Esto aumenta las posibilidades de que los espermatozoides alcancen y fertilicen el óvulo, para mejorar las posibilidades de conseguir embarazo.
Se indica progesterona en la segunda fase para soporte de la fase lutea y se realiza un test de embarazo a los 14 dias de la inseminacion
La inseminación artificial puede ofrecer una opción efectiva para parejas que desean concebir pero que han tenido dificultades para lograrlo de manera natural. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no garantiza el éxito en todos los casos, y pueden ser necesarios varios intentos antes de lograr un embarazo.
Cuando esto no funciona después de múltiples intentos, se pasa a Fecundación in Vitro.
Una complicación que intentamos evitar de este tipo de procedimiento es el embarazo múltiple, que no es para nada el objetivo pero que algunas veces sucede.
La inseminacion puede realizarse con semen del cónyuge o con semen de donante en casos de pacientes que no tienen pareja masculina, o que su pareja no tiene espermatozoides.
Congelación de Semen
La congelación de semen es una técnica que permite a los hombres preservar su fertilidad para futuros tratamientos. Este procedimiento es especialmente útil para hombres que se someterán a tratamientos médicos que podrían afectar su fertilidad, como la quimioterapia, o para parejas que desean preservar su fertilidad por razones personales o médicas.
El proceso de congelación de semen comienza con la recolección de una muestra de semen del hombre, que se realiza mediante la masturbación en un recipiente estéril proporcionado por la clínica de fertilidad. Una vez recogida la muestra, se somete a un proceso de procesamiento en el laboratorio para evaluar su calidad y viabilidad.
Una vez que se ha determinado que la muestra de semen es adecuada para la congelación, se coloca en nitrógeno líquido a temperaturas extremadamente bajas para preservar la viabilidad de los espermatozoides a largo plazo. La muestra congelada se almacena en una clínica de fertilidad para su uso futuro cuando sea necesario.
La congelación de semen ofrece una opción efectiva para preservar la fertilidad y asegurar la disponibilidad de esperma cuando sea necesario. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todos los espermatozoides sobreviven al proceso de congelación y descongelación, y pueden ser necesarios múltiples intentos para lograr un embarazo exitoso utilizando esperma congelado.