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Ahora sí, está vigente el nuevo régimen de copagos para reproducción asistida.

Actualizado: 25 ago

En los últimos días de junio, el gobierno anunció que se unificarían los montos a pagar por cada tratamiento de fertilidad que se realice en el marco de la cobertura por el SNIS.



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En 2013 se votó en noviembre la ley de Reproducción Humana Asistida. Que establece que la esterilidad es una enfermedad y por tanto su estudio y tratamiento deban se integrados a las prestaciones que brinda el sistema de salud, cuáles son los procedimientos para la Fertilidad que se pueden realizar, en qué pacientes y en qué casos se brindará cobertura de los mismos.


Como toda ley, una vez que la misma se vota, y establece un gran marco de lo que está o no permitido y contemplado, se hace un decreto reglamentario que "aterriza" los detalles de cómo funcionará.

Es así que en 2014 se realizó la normativa que detalló cómo funcionarían los servicios que brindarían las mutualistas u hospitales en cuanto a consultas, diagnósticos, medicamentos, estudios paraclínicos, equipos de trabajo, bancos de gametas, requerimientos para los centros y especialistas y los procedimientos de baja complejidad (relaciones programadas e inseminaciones).


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Un tiempo más tarde, se publicó el decreto con lo que corresponde a la alta complejidad (Fecundación in Vitro), que sería cubierta por el Fondo Nacional de Recursos. En la normativa se establecen los procedimientos que se cubrirán, en qué condiciones, luego de haber evaluado a las parejas de acuerdo a pautas que quedan bien determinadas, y los requerimientos para poder acceder.


Para lo que tiene que ver con procedimientos de reproducción asistida como inseminaciones artificiales o fecundación in vitro se cubren tres intentos de cada uno de acuerdo a la indicación médica que tengan de acuerdo a la historia clínica y diagnósticos realizados. Es decir, quien tiene chances de embarazarse mediante inseminaciones artificiales, tiene derecho a tres intentos, en caso de fracasar, puede solicitar al FNR la Fecundación in Vitro.

Ahora bien, si tienen un factor masculino severo o las trompas tapadas, o una endometriosis severa, no necesitan hacer inseminaciones, porque sabemos que las chances de embarazo no son "razonables" con esta técnica, y por tanto pueden pedir en primera intención el tratamiento de alta complejidad.


En cuanto a los copagos, cuando el tratamiento es de baja complejidad, como se hace en el marco del hospital o la mutualista, se rige igual que todo lo otro que éstos brindan. Cuando es un hospital público (ASSE por ejemplo), no tiene costo para los pacientes así como el resto de los servicios.

Cuando es en la mutualista tiene el precio de un ticket que cubre el seguimiento folicular, las gonadotrofinas o medicamentos que se usen para estimular la ovulación, la preparación de semen, la inseminación, y en caso de necesitar semen de banco, el mismo también.

Se adjudicaron precios al primer, segundo y tercer intento para los mismos. Estos precios iban en aumento entre el 1er, 2o y 3er intento. Siendo aproximadamente el 1ero la mitad del 2o, y el 3ero la suma del primero y el segundo.

La idea fue que si el "precio" estimado que habría que haber cobrado por el procedimiento era el valor del 2o intento, para hacerlo más accesible, por lo menos al primer intento, se bajó un poco el precio a éste, y se le cargó el costo al tercer intento. La idea inicial fue que fuera más rápido y menos costoso poder empezar y quienes ya se embarazaran en ese intento, les sería menos costoso.


Para la alta complejidad, se tomó un criterio similar. En el caso de la FIV, hay una tabla de copagos, que los montos de cada procedimiento varían en función del número de intento (como en las inseminaciones), pero también agrega una nueva variable que es los ingresos que percibe cada pareja. Y en este caso, quienes ganan más pagan más, y quienes ganan menos, pagan menos.

Así como en las inseminaciones, el precio del primer intento es menor que el del 2o, y el 3ero es el más alto.


Como dijimos previamente, la intención de poner pagos variables se adoptó con el objetivo de que el primer intento de uno u otro tipo de tratamiento sea más accesible para las parejas, y que demoren menos en poder comenzar el tratamiento.

Pero las parejas lo sintieron como un castigo... "todavía que no me embarazo, para la p'óxima, me cobran más caro todavía". Y para quienes no conseguían el embarazo luego de los dos primeros intentos, el 3ero se hacía más inaccesible.


Desde entonces, muchas parejas han accedido a tratamientos y muchos niños han nacido gracias al financiamiento brindado por la ley de reproducción. Pero al mismo tiempo, la Sociedad Uruguaya de Reproducción Humana, asociaciones de pacientes y muchos más, han estado pidiendo a las autoridades, una evaluación del sistema de copagos que no implique un incremento del costo de los mismos.


En junio de este año, en conferencia de prensa, el Ministro de Salud anunció la decisión de que tanto para baja como para alta complejidad, los tres intentos mantengan un costo fijo. Es decir que tanto por el primero, como por el segundo y el tercero, el precio será el mismo que corresponderá al tipo de técnica que deba realizarse. Igual que como cuando voy al médico y me pide un hemograma, si necesita repetirlo y vuelvo al mes siguiente, me cobrarán lo mismo precio que por el anterior. Lo único que podría cambiar es que justo haya caído en período de ajuste de los precios de los tickets, pero eso es como todo el resto de las prestaciones que brindan las mutualistas.

Lo mejor de todo es que tomaron el precio de primer intento como referencia, con lo cual quienes tengan que realizar los tres intentos, pagarán todas las veces el costo del número de intento que era el menos caro.

Sin dudas que esta medida, es un paso muy importante para quienes tienen este camino por delante, que de por sí es empedrado, y cuanto menos escollos y preocupaciones tengan, sin dudas será más fácil de recorrer. Y es una apuesta que hace el estado, para que el aspecto económico, no sea la limitante para que continúen intentando. 


Esta modifiación de la normativa es para baja complejidad (inseminaciones) y para alta complejidad (fecundación in vitro). El 30 de junio de 2020 se firmó el decreto para la baja complejidad que empezó a regir el 1 de julio y el 17 de agosto el de la alta complejidad, que está en vigor desde el 20 de agosto.

Por lo cual, son muy buenas noticias, y sin dudas esto permitirá que el aspecto económico, sea una carga menos pesada para quienes quieren agrandar su familia.


En el futuro, deberemos seguir trabajando entre todos, pacientes, profesionales, sociedades científicas y autoridades, para que se integren algunas prestaciones que aún no están en la cobertura. Tales como la preservación de la fertilidad en pacientes oncológicas o con patologįas que potencialmente puedan generar esterilidad, y los estudios genéticos de los embriones. Ambas están contempladas en la ley, pero no fueron "aterrizaras" en la normativa. Y es muy importante que se dé acceso a esto a quienes lo necesitan.


Finalmente, es muy importante seguir trabajando en los aspectos vinculados a la adopción. Hay muchos niños esperando una familia, y muchas parejas que siguen con los tratamientos, porque adoptar es más difícil, duro y doloroso que continuar por el camino de la reproducción asistida.

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